Por: Irma Ramírez
Estadísticamente hablando según estudios de “Hábitos de lectura” realizados por la OCDE y la Unesco. Tristemente a México le corresponde el 107 en una lista de 108 países estudiados. Según también esos estudios muestran que un mexicano lee en promedio aproximadamente 2 libros al año.
Aunque resulte vergonzoso, es simplemente la realidad, a los mexicanos no les interesa leer. Tratándose de una “cultura tecnológica” en casa se prefiere utilizar como medio de entretenimiento una televisión que un libro; puesto que es leer en considerado ortodoxo y los que leen resultan ser personas “aburridas”.
Hoy en día es escasa de difusión que se le otorga al hábito de la lectura, y en segunda instancia son pocos los planteles educativos de educación básica que verdaderamente se exigen una enseñanza en la lectura.
Digamos que las consecuencias del no leer, no suelan ser repentinas, pero es seguro que esto afectara en un futuro, cuando se llegue a un nivel académico alto, se verán claras las repercusiones que esto puede alcanzar.
Si bien es cierto en distintas ciudades de México se invierten grandes cantidades de dinero en infraestructura, carreteras, edificios, pero las bibliotecas continúan de la misma
manera.
He aquí cuando el maravilloso campo persuasivo de la publicidad tiene su entrada. Existe una buenísima campaña publicitaria en México por parte de Franquicias Gandhi, preocupada por este llamémosle problemática social.
Esta campaña que parte de una buena planeación y cuidadosas estrategias publicitarias. Cuyo objetivo es dejar en claro que leer es necesario y no precisamente es una actividad aburrida.
Se compone de carteles con colores amarillo radiante, cuyo mensaje en tinta negra es corto, pero claro y concreto.
Si bien es cierto la publicidad en ocasiones hace énfasis a temáticas no tan relevantes, pero considero que es sumamente necesario enfocarse en difundir y concientizar cada vez más a la sociedad sobre la importante que tiene el leer.
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